El principio de funcionamiento de cualquier lavadora es el giro que se provoca sobre un recipiente, normalmente cilíndrico, dentro del cual se mezcla agua, detergente y ropa sucia. Este movimiento provocará a la vez la mezcla del detergente con la suciedad y el movimiento relativo entre el agua y la ropa, con lo que se desarrolla el proceso de limpieza.
El movimiento es provocado por un motor eléctrico que está unido mediante un eje al tambor. En las lavadoras automáticas hay un programador que permite que la lavadora realice distintos procesos de lavado según se seleccione, con distintas velocidades de giro, tiempos que permanece girando o temperatura deseada.
En los modelos más corrientes de lavadora automática el programador es un dispositivo electromagnético de forma cilíndrica q tiene una serie de posiciones señaladas. Cuando seleccionamos un programa, el mando comienza a girar dependiendo de las señales que recibe de una serie de sensores, como pueden ser los de control de temperatura o nivel de agua.
Conforme se produce este giro una serie de contactos se van produciendo entre el programador, el motor de la lavadora y las válvulas de entrada y salida del agua, a partir de estos contactos y las señales que mandan los sensores anteriormente citados se desarrollan los programas de lavado. En los últimos modelos, estos dispositivos electromagnéticos se sustituyen por un microprocesador que controla todo el proceso y por sensores electrónicos más seguros y fiables que los electromecánicos.
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